jueves, 13 de junio de 2013

SANTIAGUITO TLACILALCALI Y LA ALFARERÍA.



A
lmoloya de Juárez se distingue por su variada riqueza cultural. El municipio cuenta con innumerables centros de atracción turísticos, así también se caracteriza por sus costumbres, tradiciones y por supuesto    sus actividades.


Para muestra un botón: la localidad de Santiaguito Tlacilalcali 
sobresale en el oficio de la alfarería, y de manera  particular, en la elaboración  de cazuelas, talavera  y macetas de barro. Dicha actividad se ha conservado generación tras generación,   y sin duda hoy en día se encuentra vigente a pesar de la introducción  de nuevos materiales y diseños  al mercado; cabe señalar que, aunado a lo anterior, la elaboración de esta artesanía es laboriosa e incluso en algunas ocasiones su costo no llega a cubrir los gastos que se invierte. Es por ello que hemos visitado  Santiaguito con el fin de conocer más a fondo el procedimiento de elaboración, distribución y rentabilidad del oficio.

María García Enríquez y su familia llevan ya más de cuarenta años en la elaboración de cazuelas de barro, siendo sus abuelos quienes  iniciaron  el oficio. Actualmente, su esposo, hermanos, y uno de sus hijos siguen en la producción de la artesanía, con alrededor de cinco a siete personas trabajando en el taller, mismo que se encuentra ubicado en su domicilio particular.  La materia prima, el barro, es extraído de parajes de la misma comunidad; los leños utilizados para la cocción de las cazuelas, se obtienen de diversas localidades del municipio, y el promedio de tiempo para la obtención del producto oscila entre tres a cinco días.

El procedimiento para la elaboración de producto consiste en la extracción del barro; la mezcla del mismo se hace con dos tipos de barro: el rojo y amarillo además de tierra negra para darle una consistencia sólida evitando su quiebre. Posteriormente se procede a amasar el barro, la tierra negra y agua tomando una consistencia suave y moldeable para poder manipularla dentro de los moldes que ya se tienen; el promedio de elaboración de una pieza es de aproximadamente ocho minutos.

Después de que se ha tomado la forma precisa se sigue con el secado de la pieza, misma que se logra con la exposición a la intemperie bajo los rayos del sol con un tiempo promedio de cinco a ocho horas; este proceso suele ser el más delicado ya que se requiere de mucha delicadeza y de las condiciones apropiadas para que el barro no se agriete y se rompa en la manipulación. Ya que la pieza se encuentra totalmente seca, se limpia y se prepara el horno con ocote y pino para la cocción, misma que dura un aproximado de dos horas, a una temperatura de 750°C.

Finalmente y ya que se han  enfriado las piezas, se sacan del horno para poder dar los últimos detalles que consisten en la decoración, es decir,   la aplicación de alguna figura (flores generalmente)  y al esmalte color cobre para darle brillo. La familia García Enríquez  produce un aproximado mensual  de veinte docenas, mismas que son distribuidas no sólo en el municipio, sino también en la Central de Abastos de la ciudad de Toluca. Aunque la familia asegura que la rentabilidad no suele ser en gran magnitud,  es suficiente para poder seguir con el oficio.

Por su parte  el caso el Señor Juan Carlos Calvo, quién se dedica a la elaboración de cazuelas, talavera, macetas y  jardineras, utiliza un procedimiento diferente ya que hace uso de tornos para la creación de las piezas; si bien la materia prima se obtiene de la misma comunidad, utiliza el barro rojo, amarillo y tierra negra para lograr una mejor consistencia.

El procedimiento de elaboración consiste en la mezcla de los dos tipos de barro, es decir, rojo, amarillo y tierra negra, el agua necesaria y por supuesto los tornos donde se coloca el barro ya mezclado y comienza a darle forma a la maceta, según sea el caso, rectangular, circular grandes o pequeñas en un aproximado de diez minutos por pieza. Las macetas son secadas a temperatura ambiente dentro del mismo taller, y posteriormente son metidas al horno utilizando leña de pino, aserrín y cascara de coco a una temperatura de 700° C en un tiempo de seis a ocho horas; ya listas, se comienza con el decorado usando color chocolate y caoba principalmente, así como los diseños en cuanto a las figuras, mismos que se encuentran patentados por la familia.

Así mismo, considera que la utilidad es suficiente para la inversión en nuevos diseños puesto que se han expandido, en la distribución de su producto, al Distrito Federal, Metepec y viveros del Estado de México. Don Juan Carlos afirma que pertenece a la Asociación “Unión de Artesanos del Estado de México”, dónde ha obtenido apoyo financiero.

Si bien es cierto la riqueza cultural del municipio de Almoloya de Juárez se encuentra en expansión, aún es necesario la inversión y difusión en cuanto al reconocimiento de nuestras tradiciones, costumbres y en este caso el arte generado por manos cien por ciento almoloyojuarences, invitándolos a la vez a consumir productos generados dentro del mismo municipio, generar una economía sólida y a enriquecer nuestra cultura. 

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